Te hallaré en la penumbra
de una soledad dormida,
como un puñado de versos
de esta lengua aún no escrita.
Como todos los silencios
se deshacen en la boca,
antes de parirlos, antes,
de parirlos en la hoja.
Masticaré los silencios;
aullidos que siente mi alma,
aullidos que siente mi alma,
antes de abrirles la celda
embrionaria de palabras.
embrionaria de palabras.
Las palabras que mis manos
alientan, y las retocan,
las moldean al recuerdo
y mi mente las evoca.
Mi verso se halla agotado,
necesita del letargo:
cuarentena de silencios,
de memorias, de mis manos.
Sobre mí revolotean
las musas, y caen al suelo,
de inspiración agotadas,
exhautas de parir desvelos.