Cuántas veces el silencio
gritó en mi pecho,
que tanto amor
no podría perdurar.
Que detrás de algún beso
tú te marcharías,
implantando más recuerdos
a una amarga soledad.
Tu nombre escribiste
con ternura, a fuego lento,
a través de mi alma
tan cansada de olvidar,
encendiendo pasiones,
esperanzas y sueños,
a unos labios que buscan
con desesperación tu cuerpo.
Que unas nubes oscuras
se ciernen sobre mí,
yo, que ayer temblaba
al verte sonreir.
Nubes que arrastran tormentas
de dolor, y de nostalgia,
intentando ocupar ese vacío
que dejaste tras tu marcha.
Y mis manos moldean
en el aire las caricias,
de tu cálida presencia,
de tu piel junto a la mía.
Y mi alma que te busca
a través de mi mirada...
sólo hallará esta soledad,
que se ríe a carcajadas.
Arrancas con mucha intensidad. Poema natural y sincero.
ResponderEliminarSí, lo escribí con pasión. Grácias por visitarme.
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